Imagina esto: Hace diez años, acabas de lanzar un nuevo blog en WordPress. En cuestión de horas, a veces incluso minutos, tu contenido es indexado por Google. Buscas una frase única de tu última publicación y ahí está, en la primera página de Google. Parecía magia, ¿verdad?
Esto era Google cumpliendo su misión: “organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible”. Para los usuarios, significaba que si la información existía en algún lugar de la web, una búsqueda inteligente la desenterraría. Para los creadores de contenido, era una oportunidad de oro: crear contenido y Google se aseguraría de que fuera encontrado.
La Carrera Armamentista del SEO y la Respuesta de Google
Pero donde hay oportunidad, también hay explotación:
- Contenido de baja calidad inundando la web
- Compra y venta de enlaces
- Muchas prácticas de SEO de sombrero gris y negro
Google introdujo una serie de actualizaciones de algoritmo, cada una más sofisticada que la anterior. Panda, Penguin y sus sucesores tenían como objetivo limpiar lo que Google veía como prácticas de SEO manipuladoras.
Esto no fue un evento único, sino más bien como un baile de dos décadas entre los SEOs y Google. Cada lado se adaptaba continuamente, con Google lanzando actualizaciones y los SEOs encontrando nuevas formas de optimizar dentro (y a veces fuera) de las directrices.
El Ascenso y Caída del “El Contenido es el Rey”
En medio de esta batalla continua entre SEOs y Google, surgió un nuevo mantra en la industria: “El contenido es el rey”. Este concepto tenía dos aspectos principales:
- El buen contenido atraerá naturalmente enlaces y posiblemente generará señales positivas de interacción del usuario, lo que podría mejorar los rankings.
- Los algoritmos de Google valorarían y clasificarían inherentemente el contenido de alta calidad.
La idea era que al centrarse en crear buen contenido, los sitios web podrían mejorar su SEO sin recurrir a tácticas más técnicas o potencialmente manipuladoras.
Sin embargo, este concepto nunca fue completamente cierto. Muchos creadores de contenido genuinamente bueno nunca lograron los rankings que sentían que merecían, mostrando que la calidad por sí sola no era suficiente. Al mismo tiempo, no era del todo falso: el buen contenido a menudo se desempeñaba bien en los resultados de búsqueda.
Uno de los problemas fundamentales era que ni Google ni nadie más podía determinar algorítmicamente qué era un “buen” contenido.
El mantra sirvió como una simplificación útil para SEOs y creadores de contenido, dándoles un objetivo claro. También era una explicación conveniente para Google cuando los SEOs se adentraban demasiado en detalles técnicos: siempre podían recurrir a “simplemente crea buen contenido”.
La Revolución del Contenido de IA
Avancemos hasta 2018. OpenAI lanza GPT-1 y de repente, el futuro de la creación de contenido se vuelve cristalino. El contenido generado por IA, indistinguible del texto escrito por humanos, está en el horizonte. La era del “contenido es el rey” está llegando a su fin.
La Crisis Existencial de Google
Ahora, pónganse en los zapatos de Google. Están enfrentando un futuro donde la IA puede generar cantidades infinitas de contenido similar al humano. ¿Qué hacen?
La respuesta de Google fue doble:
- Promover el concepto vago de E-A-T (Experiencia, Autoridad, Confiabilidad). En la práctica, esto se traduce en favorecer marcas conocidas y sitios web establecidos.
- Abandonar la misión de indexar todo. En su lugar, volverse selectivo. Muy selectivo.
La Nueva Realidad: Indexación Selectiva
Esto nos lleva al estado actual de las cosas: Google ya no intenta indexar toda la web. De hecho, se ha vuelto extremadamente selectivo, negándose a indexar la mayoría del contenido. No se trata de que los creadores de contenido no cumplan con algún estándar arbitrario de calidad. Más bien, es un cambio fundamental en cómo Google aborda su papel como motor de búsqueda.
Desde mi experiencia, Google ahora parece operar en una base de “no indexar por defecto”. Solo incluye contenido en su índice cuando percibe una necesidad genuina. Esta decisión parece estar basada en varios factores:
- Exclusividad extrema del contenido: No es suficiente escribir sobre algo que no está cubierto extensamente. Google parece requerir que el contenido sea genuinamente novedoso o llene un vacío significativo en su índice.
- Autoridad percibida: Los sitios que Google considera altamente autoritarios en su nicho pueden tener más contenido indexado, pero aun así, no está garantizado.
- Reconocimiento de marca: Las marcas conocidas a menudo ven la mayoría de su contenido indexado, mientras que los bloggers pequeños o desconocidos enfrentan una selectividad mucho más estricta.
- Indexación y desindexación temporal: En la práctica, Google a menudo indexa contenido nuevo bastante rápido, probablemente para evitar perder noticias de última hora o actualizaciones importantes. Poco después, Google puede desindexar el contenido, y permanece desindexado a partir de entonces. Así que ser indexado inicialmente no es necesariamente una señal de que Google considere valioso tu contenido.
He observado este cambio de primera mano. En el pasado, cuando configuraba un nuevo dominio, se indexaba en una hora o más rápido, a veces en segundos. Esto era cierto incluso para dominios completamente nuevos sin menciones en ningún lugar y sin backlinks. Cuando buscaba el título de una de esas publicaciones de blog nuevas o alguna frase única del artículo, estaba allí en la primera página de Google.
Ahora, para cada pieza de contenido, Google decide si vale la pena indexarlo, y la mayoría de las veces, la respuesta parece ser “no”. Pueden indexar contenido que perciben como verdaderamente único o sobre temas que no están cubiertos en absoluto. Pero si escribes sobre un tema que Google considera siquiera remotamente abordado en otros lugares, probablemente no lo indexarán. Esto puede suceder incluso si eres un escritor bien respetado, con una cantidad sustancial de lectores.
Curiosamente, he notado que cuando el contenido logra ser indexado, a menudo se clasifica sorprendentemente bien. Es como si el obstáculo de ser indexado se hubiera vuelto tan alto que una vez que lo superas, ya estás en la mayor parte del camino para clasificar. Sin embargo, llegar a ese punto se ha vuelto exponencialmente más difícil.
Es importante destacar que esta selectividad extrema no se aplica por igual. Las grandes marcas reconocidas a menudo ven la mayoría de su contenido indexado rápidamente, mientras que los bloggers pequeños o sitios web de nicho enfrentan un umbral mucho más alto para ser incluidos. Para estos jugadores más pequeños, no se trata solo de crear buen contenido, sino de convencer a Google de que tu contenido es absolutamente necesario para su índice.
Las Consecuencias
Google se ha transformado de un motor de búsqueda integral a algo más parecido a un catálogo exclusivo.
Para los usuarios, esto significa que la información que buscan podría existir, pero permanecer indescifrable a través de Google.
Estoy seguro de que una gran cantidad de contenido valioso está siendo pasado por alto. La información que podrías buscar puede que nunca aparezca en los resultados de Google. No porque no exista, sino porque Google ha decidido no incluirla.
Para los creadores de contenido, esto presenta un desafío significativo: ¿cómo ganar visibilidad si Google se niega a indexar la mayor parte de tu contenido?